Coraline y sus padres se mudan a una gran mansión muy lejos de su antigua ciudad por el trabajo del padre. A ella no le gustaba nada de ese lugar, los vecinos estaban locos y los padres nunca le prestaban atención por estar ocupados por el trabajo.
Un día ella en cuenta una pequeña puerta por la que solo ella podía entrar por las noches. En ella había un túnel que la llevaba devuelta a la sala en donde se encontraba antes pero al buscar a sus padres, estos estaban diferentes, alegres, divertidos y se encargaban el 100% de ella pero ella se dio cuenta de que no eran sus padres porque estos tenían en lugar de sus ojos, un par de botones cocidos color negro.
Coraline comienza a ir más seguido a la casa de sus papas con ojos de botones, no solo ellos habían cambiado, los vecinos ahora eran talentosos y amables y también estaba el mismo gato de uno de los vecinos, él era el único que no tenía ojos de botones pero podía hablar.
La madre con ojos de botones le dice un día a Coraline que se puede quedar a vivir con ellos pero para eso solo tiene que coserse botones en los ojos. Como Coraline se niega, la bruja secuestra a sus verdaderos padres.
Ahora coraline tiene que encontrarlos tras dificieles momentos y acabar con la bruja que le quita los ojos y las almas a los niños infelices.
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